
INTRODUCCIÓN
Durante muchos años se han utilizado los métodos tradicionales como la carrera continua o los ejercicios sin balón para mejorar la capacidad aeróbica – anaeróbica de los jugadores de baloncesto. Normalmente los entrenadores diseñaban ejercicios con balón como los juegos reducidos (2×2, 3×3, 4×4) para entrenar habilidades técnicas y tácticas, pero no se solían contemplar la variables fisiológicas o condicionales dentro de ellas. En los últimos años, se han investigado mucho sobre como la modificación de las diferentes variables de los juegos reducidos podía afectar a las variables fisiológicas de los deportistas. A continuación, exponemos el siguiente esquema donde, en la parte izquierda podemos ver las diferentes variables a modificar en los juegos reducidos y como afectan ellas a las diferentes variables fisiológicas.
Además, como veremos en esta revisión bibliográfica, los juegos reducidos son tan eficaces como los métodos continuos o intermitentes para mejorar esta capacidad aeróbica – anaeróbica de los jugadores. Y al producirse en un contexto real del deporte, estos ejercicios aumentan el número de gestos técnicos y tácticos de los jugadores produciéndose una mejora en el nivel técnico –táctico del jugador.
Unido a estas mejoras aspectos físicos, técnicos y tácticos, los juegos reducidos tienen un aspecto motivante mayor para los jugadores que otros métodos de mejora de la capacidad aeróbica como la carrera continua o intermitente de corta duración.
VARIABLES A MODIFICAR:
– ESTRUCTURALES
Las variables estructurales han sido quizás las más estudiadas en la literatura y por ello ocupan una parte importante de nuestra revisión. Dentro de estas variables estructurales vamos a estudiar cómo afecta el espacio, el tiempo y el número de jugadores a las diferentes variables fisiológicas.
o ESPACIAL: TAMAÑO DE LA PISTA
Existen numerosos estudios que afirman que los jugadores presentan valores más altos de FC y RPE en juegos de pista completa (Klusemann et al., 2012). Esto se debe a que, al aumentar el tamaño de la cancha, se aumenta el área relativa por cada jugador, y los esfuerzos que deben de realizar son mayores.
Por otro lado, si analizamos el tipo de esfuerzos que realizan, podemos decir que, los ejercicios o juegos de pista completa requieren más proporción de intensidad de trote (9%) en comparación con ejercicios de media pista (Klusemann et al., 2012). También hay que decir que estos ejercicios en media pista, provocan movimientos más específicos de la competición (Klusemann et al., 2012).
Por tanto, y siguiendo a Halouani et al., (2014), podemos afirmar que para aumentar la intensidad de los juegos reducidos debemos:
– Disminuir del número de jugadores con un área de pista constante.
– Aumentar el área de la pista por cada jugador con un número de jugadores reducidos.
– La pista completa es la dimensión de campo que exige más demandas fisiológicas (intensidad/esfuerzo)
TEMPORAL (PERÍODOS DE TRABAJO / DESCANSO)
La modificación de la variable tiempo de trabajo/descanso ha sido muy estudiada durante los juegos reducidos. Por ello autores como Klusemann et al., (2012), estudiaron dos protocolos y vieron los efectos que producían en las variables fisiológicas.
Compararon los juegos reducidos 2×2 y 3×3 en situaciones de 4 x 2´30” (media pista) con 1 min de descanso entre serie. Con 2 x 5´ (pista completa) con un descanso de 30” entre cada serie. Observaron que los ejercicios de 4 x 2´30” (media pista) ofrecían demandas específicas de movimiento para la competición, mientras que los ejercicios de 2 x 5´ (pista completa) ofrecían demandas cardiovasculares más exigentes y provocarían mejoras en la capacidad aeróbica.
Por otro lado, en su revisión Halouani et al., (2014) muestra cómo diferentes autores evaluaron el juego reducido 3×3 en diferentes periodos de duración 2´, 4´ y 6´, afirmando que los 4´ es el formato óptimo para conseguir mejorar el desempeño aeróbico.
Esto coincide con lo que comparábamos anteriormente, por lo que podemos decir que series de entre 4-5´ parecen ser los estímulos óptimos para producir adaptaciones fisiológicas.
También debemos que tener en cuenta otro factor limitante del tiempo de trabajo, el reloj de posesión. Diferentes autores recomiendan establecerlo en 12” si se quieren garantizar cargas físicas y fisiológicas que mejoren el acondicionamiento físico.
Nº DE JUGADORES
La mayoría de los estudios han observado como la modificación del número de jugadores es uno de los factores más influyentes en la carga externa e interna de los ejercicios.
Existe cierto consenso en la literatura acerca de que reducir el número de jugadores manteniendo constante el tamaño de la pista o aumentando dicha área da como resultados unos valores más elevados de frecuencia cardiaca, RPE y otros valores de referencia con la carga externa e interna. Esto es debido a que, al aumentar el área relativa de la pista por el jugador, obliga a los jugadores a la necesidad de realizar mayores esfuerzos y movimientos de mayor intensidad (Delextrat y Kraiem, 2013; Klusemann et al., 2012; Köklü et al., 2017).
Son muchos los artículos que han evaluado 2×2, 3×3 Vs ejercicios con mayores jugadores como 4×4 y 5×5. La mayoría está de acuerdo en afirmar el 2×2 como el ejercicio de mayor exigencia de carga externa e interna.
2×2 suele ser el juego reducido con mayores valores de frecuencia cardiaca y RPE, manteniendo valores muy elevados 86-91% FC y 8-10 en valores de RPE.
Ejercicios de 2×2 se producen una mayor cantidad de sprint, saltos y esfuerzos de alta intensidad (12%/ 9%/17%) en comparación con otros ejercicios de mayor número de jugadores como el 4×4 (Klusemann et al., 2012).
Sin embargo, ejercicios como el 1×1 no se han estudiado tan en profundidad en la literatura en comparación con ejercicios como 2×2, 3×3, etc. Schelling & Torres (2016), observaron en su estudio que el 1×1 era el ejercicio más exigente desde el punto de vida cardiovascular (acciones de alta intensidad) independientemente del tamaño de la pista. Además, era el ejercicio que mayores demandas de movimiento por minuto requería (34 mov por min vs 5×5 campo abierto 32 mov por min), basadas en aceleraciones, desaceleraciones, saltos, etc.
Es por ello, que en sesiones donde los entrenadores quieran aumentar el “ritmo del juego”, se deberán realizar ejercicios con el menor número de jugadores en la cancha, a pesar de que sea posible que estos difieran cognitivamente respecto a la competición, aumentan en gran medida la carga interna y externa de los jugadores (Schelling & Torres, 2016).
En definitiva, se han observado que aquellos ejercicios con número reducido de jugadores producen mayor intensidad en todos los aspectos (FC, RPE, distancia general, menos carrera de menor intensidad, más acciones técnicas tácticas, etc.) y esto es muy importante que sea conocido por el entrenador de cara al diseño de tareas (Halouani et al., 2014)
Adentrándonos en el estudio en la frecuencia cardíaca, es muy importante durante el entrenamiento, especialmente en el baloncesto, centrarse en las zonas de frecuencia cardiaca, porque, por ejemplo, nosotros podemos diseñar un ejercicio en el que al realizarlo dos jugadores tengan la misma frecuencia cardíaca media, pero luego cuando desglosamos por zonas de entrenamiento puede haber grandes diferencias en cuanto a los minutos que pasan los jugadores en las diferentes zonas cardíacas.
Por ello, Clemente et al., (2017) estudiaron los juegos reducidos y su influencia en las zonas de frecuencia cardíaca. Observaron los ejercicios 3×3 y 5×5 y sus resultados mostraron que el 3×3 producía un aumento del %FCmax y también del tiempo que estos jugadores pasaron en zona Z3 (71-80% FCM) y Z5 (91-100 FCM). Aún así, los jugadores que realizaron 5×5, se caracterizaron por un tiempo significativamente mayor en Z3 que los juegos de 3×3. Por ellos los autores
recomendaron el formato 3×3 mejor para el entrenamiento de tipo anaeróbico mientras que el formato 5×5 mejor para el entrenamiento del umbral de lactato.
Por otro lado, sabemos que la tasa de esfuerzo percibido o RPE, ha sido una de las variables más estudiadas para evaluar la carga interna que los juegos reducidos y sus modificaciones en el número de jugadores producían en los jugadores de baloncesto.
Muchos son los autores que han estudiado la relación entre la tasa de esfuerzo percibido (RPE) y las tareas propuestas por los entrenadores. Por ejemplo, en el estudio Correia et al., (2013), afirman que los jugadores mostraron valores más altos de RPE en tareas de 3×3 en comparación con tareas de 5×5. Klusemann et al., (2012), comparó el RPE entre 2×2 y 4×4. Encontró valores más elevados de RPE en el 2×2 (8) que en el 4×4 (6).
Otro aspecto importante a valorar, relativo a RPE, hace referencia a métodos intermitentes Vs métodos continuos basados en juegos. Tanto en la revisión bibliográfica de O´Grady et al., (2020), como en la de Halouani et al., (2014), muestran una cantidad de artículos donde los métodos continuos o de mayor duración de la serie tienen valores significativamente más altos en cuanto a RPE se refiere.
Por lo que, al igual que la frecuencia cardíaca podemos estimar que si el número de jugadores es menor el RPE medio debería ser mayor en comparación con ejercicios con mayor número de jugadores.
Por otro lado, debido a la gran importancia en el rendimiento de los jugadores que tienen las concentraciones de lactato en sangre han sido muy estudiadas a lo largo de la literatura junto con la FC y el RPE.
Por ello, en lo que respecta a cómo afectan el número de jugadores a las concentraciones de lactato, investigaciones observaron que el lactato en sangre fue significativamente menor en ejercicios 3×3 que en 2×2 (6,2mmol vs 7,8mmol) (Delextrat & Kraiem, 2013). Afirmándose también que al igual que la FC y el RPE un menor número de jugadores y un tamaño de área de pista mayor, produce mayores concentraciones de lactato (Halouani et al., 2014).
En otro estudio, se evaluó la relación entre 2×2, 3×3 y 4×4 con métodos continuos y métodos de intervalos de entrenamiento. Se observó que el 3×3 en sus dos modalidades (continuo e intervalos) producía mayores valores de FC max. Mientras que el 2×2 en sus dos modalidades mostró valores más altos en cuanto a concentración de lactato (7,8mmol/8,1mmol(intervalo/continuo) vs 6,8mmol/7,2mmol(intervalo/continuo)). Por lo que podemos observar que ambos métodos de juegos reducidos pueden producir adaptaciones fisiológicas especificas en lo que se refiere a concentraciones de lactato (Halouani et al., 2014).
Siguiendo esta línea existen varios autores que han medido las relaciones de la carga externa en los juegos reducidos y cómo afecta el mayor o menor número de jugadores a la carga externa e interna, y para ello utilizaron acelerómetros.
Schelling y Torres, (2016) analizaron la carga externa de los ejercicios de sus deportistas mediante acelerómetro y afirmaron que el 3×3 y 5×5 en pista completa tenían valores de carga mayores que 2×2 y 4×4. Esto podía ser debido a que los ejercicios diseñados en 2×2 tenían demasiado descanso intra-ejercicio y hacía que las cargas relativas promedio fueran más bajas. Por ello, además del formato, el tamaño de la pista deberíamos tener en cuenta las rotaciones y las pausas intra – sesión y entre series dentro del diseño del ejercicio.
Sin embargo, también afirmaron que el 2×2 era el ejercicio con mayor carga de aceleración por minuto, coincidiendo con lo expuesto anteriormente, el menor número de jugadores provoca mayores valores de carga externa.
También en los últimos años se han realizado estudios donde se comparaba como afectaban los juegos reducidos (2×2 pista completa) y el número de jugadores sobre la oxigenación muscular (índice de saturación de tejido) durante una secuencia de sprint repetido (Delextrat et al., 2018).
En este estudio se compararon los resultados entre dos métodos de entrenamiento, juegos reducidos Vs HIIT. Y los resultados en ambas intervenciones evidencian una mejora similar en la velocidad aeróbica máxima (3,4-4,1%) y mejoras en el RSA. También se afirmó que ambas intervenciones de entrenamiento produjeron unos resultados mayores en la variación de la saturación del tejido durante el segundo sprint y mejoras significativas en la reoxigenación muscular después del primer sprint, que se asociaron con las mejoras en el rendimiento aeróbico.
Por tanto, Delextrat et al., 2018, afirman que ambos métodos de entrenamientos producen mejoras similares en las variables aeróbicas, anaeróbicas y una mejor capacidad de oxigenación muscular durante los sprint repetidos.
La efectividad mostrada por ambos métodos de entrenamiento se relaciona con el tiempo que pasan con una FC alta durante las sesiones de entrenamiento (90-95% HRmax).
En definitiva, estas mejoras en la velocidad aeróbica máxima, RSA, así como, la reoxigenación muscular después de los sprint se producen de manera similar tanto en juegos reducidos (2×2 cancha completa) como en el HIIT (Delextrat et al., 2018).
Para acabar la variable de número de jugadores, vamos a exponer como afectan las diferentes estructuras a las capacidades de salto vertical (squat jump y countermovement jump) las cuales, han sido muy estudiadas por su relación con el rendimiento y la fatiga neuromuscular. Correia et al., (2013), observaron mejoras agudas en los valores de SJ y CMJ después de un protocolo de 3×3 y 5×5 con una disposición de 5 abiertos, es decir, sin jugador interior. Estos resultados se provocaron por los constantes ciclos cortos y largos de estiramiento – acortamiento durante el protocolo de entrenamiento de intervalos de 24 min y hace pensar que puede ser un buen complemento intenso para el calentamiento. Sin embargo, no se encontraron diferencias significativas en las tareas de 5×5 con disposición 4:1, es decir, un jugador ocupaba la posición interior. Esto quizás pueda ser debido al aumento de contacto corporal, luchas, rebotes, que hacen que este tipo de esfuerzos no produzcan las mejoras deseadas.
– FUNCIONALES:
En este segundo apartado vamos a exponer los resultados de evaluar las diferentes variables funcionales como las características de la oposición, diferencias entre defensa individual y zona, y las diferentes fases del juego y su relación con los aspectos fisiológicos.
o CARACTERÍSTICAS DE LA OPOSICIÓN
Las características de la oposición son muy importantes, ya que, los entrenadores varían mucho el grado de oposición en sus ejercicios, por lo que, estudiar cómo afectan estas diferentes estructuras a las variables fisiológicas resulta muy relevante.
GRADO DE OPOSICIÓN
En este apartado vamos a estudiar tanto el trabajo sin oposición como diferentes estructuras de oposición (superioridades e inferioridades) tanto permanente como variable.
TRABAJO SIN OPOSICIÓN
Algunos estudios han evaluado como afectaban los trabajos sin oposición (4×0, 5×0, etc) en valores fisiológicos y cognitivos. En su estudio Schelling y Torres, (2016) mostraron valores significativamente más bajos de FC media y FC max en comparación con otros ejercicios de baloncesto.
Estos ejercicios generalmente se caracterizan por un alto contenido táctico, con lo cual la carga cognitiva se verá afectada, sin embargo, como nos dicen Schelling y Torres, 2016 realizar estos ejercicios durante la mayor parte del entrenamiento podría poner en compromiso la aptitud física y fisiológica de los jugadores.
SUPERIORIDADES O INFERIORIDADES.
Se ha estudiado mucho en la literatura cómo pueden afectar situaciones de desigualdad numérica a las variables fisiológicas, carga externa e interna.
En la revisión bibliográfica realizada por Halouani et al., (2014), algunos autores manifestaron que no se encontraron diferencias significativas en las respuestas fisiológicas con desigualdad numérica. En cambio, sí encontraron que el jugador que creaba esa superioridad continua mostraba mayor distancia recorrida y mayor número de sprint que los otros integrantes del equipo. Por lo tanto, podemos afirmar que el jugador extra puede proporcionar un estímulo de entrenamiento propicio para mejorar la aptitud aeróbica.
En cambio, en el estudio sobre jugadores profesionales de LEB Oro (Dehesa et al., 2015), observaron mayores valores de FCmax y %FCmax en situaciones de inferioridad y superioridad ofensiva. Esto se debe a que cuando existe una desigualdad numérica, los jugadores deben aumentar sus esfuerzos.
Evangelos et al., (2012) evaluaron el 3×3 y el 4×4 en todas sus categorías de superioridades. Es decir, había siempre superioridad ofensiva permanente, defensiva permanente o un jugador que siempre estaba en un equipo y se alternaba superioridad ofensiva y defensiva. Los resultados mostraron mayores intensidades en las categorías de 3×3 tanto en FCmax (90-95%), duración del tiempo de alta intensidad (>85 %FC max) y las concentraciones de lactato (8,4- 9.1 mmol). Sin embargo, se observó valores más bajos en las situaciones 4×3 permanente (equipo de superioridad ofensiva/defensiva permanente). Quizás el cambio de rol permanente, o la dificultad continua del equipo en inferioridad hacía que estos valores fueran inferiores.
Por otro lado, Schelling y Torres, (2016), compararon las situaciones de superioridad con los partidos amistosos, y llegaron a la conclusión de que las superioridades (3×2,4×3, etc) mostraban mayores demandas cardiovasculares y mayor similitud con los partidos amistosos.
DEFENSA INDIVIDUALES VS DEFENSA EN ZONA
La modificación de las normas en el juego ha sido estudiada por muchos autores. Una de estas modificaciones puede ser la defensa individual Vs defensa en zona. Se ha visto que si el entrenador dictamina que la defensa se produzca en defensa individual y si además ésta se combina con otra norma como el número de pases, existen aumentos en la frecuencia cardiaca de 4,5% (Halouani et al., 2014).
En otro estudio sobre jugadores profesionales de LEB Oro Dehesa et al., (2015), observaron que cuando los jugadores defendían en defensa individual mostraban valores más elevados de % FCmax.
Por lo tanto, podemos decir que a priori la defensa individual es más exigente que la defensa zona desde el punto de vista fisiológico.
FASE DEL JUEGO (OFENSIVA/DEFENSIVA)
Las fases del juego son una parte muy importante del baloncesto tanto para el diseño de tareas por parte del entrenador como para el futuro rendimiento del equipo en la competición.
Hay autores como Halouani et al., (2014), que nos afirman que las respuestas más intensas se producen en ejercicios que alternen ataque con defensa en comparación con otros ejercicios de solo fase ofensiva o solo fase defensiva.
Recientemente autores como Sansone et al., (2020), estudiaron como afectaban los juegos reducidos en función de la fase del juego (ofensiva/defensiva) al RPE, esfuerzo mental y a la fatiga percibida.
Observaron que los ejercicios ofensivos tenían un mayor esfuerzo mental en comparación con los ejercicios defensivos. En cuanto al RPE era similar, las tareas ofensivas mostraban mayores valores en RPE percibido. Esto quizás se deba a los esfuerzos (físicos y cognitivos) que tienen que realizar los atacantes para vencer a la defensa y anotar. Aunque es cierto que no existe una correlación entre RPE y el esfuerzo mental, ya que los jugadores semiprofesionales saben diferenciar entre el esfuerzo percibido y las demandas mentales en el deporte.
En cambio, en la fatiga mental no se encontraron efectos significativos inducidos por los juegos reducidos y el tipo de tarea. Quizás esto sea debido a los niveles de esfuerzo mental con lo que los jugadores acudían al entrenamiento, pudiendo haber influido en la fatiga mental. En este apartado, sí podemos decir que existe una correlación entre esfuerzo percibido y fatiga mental, estudiado por muchos autores.
En definitiva, podemos afirmar que las demandas fisiológicas y percibidas de los juegos reducidos en baloncesto están influenciadas por la tarea táctica a la que se asigna a los jugadores.
EXIGENCIAS TÉCNICAS (INTRODUCCIÓN DE ELEMENTOS TÉCNICOS)
Muchos autores además de ver como se modificaban las variables fisiológicas con los juegos reducidos, también introducían dentro de sus artículos como afectaban estos juegos reducidos a los elementos técnicos – tácticos.
Son muchos los autores que afirman que, a menor número de jugadores, mayor frecuencia de elementos técnicos (pases, rebotes, robos, etc) se desarrollarán en los ejercicios. Por ejemplo, Köklü et al., (2017), mostró como en ejercicios de 2×2 y 3×3 se desarrollaban más pases, asistencias, rebotes y robos que en ejercicios de 4×4 y 5×5.
Por otro lado, Ferioli et al., (2020), evaluaron como la modificación de las reglas en situaciones de 3×3, 4×4, 5×5, afectaban a las demandas fisiológicas y perceptivas de los jugadores. Establecieron dos grupos uno que no le permitían botar y otro que sí estaba permitido. El grupo de “No dribbling” estableció un perfil intermitente, con un número moderadamente mayor de movimientos realizados por minuto (aceleraciones, desaceleraciones y cambios de dirección). Esto viene dado por la
necesidad de los jugadores de realizar mayor número de movimiento para crear buenas opciones de pase en el juego reducido. Por lo tanto, el grupo de “No Dribbling” mostró mayores valores de carga interna (RPE, %FCmax) que los jugadores que podían botar.
Este grupo de jugadores que podían botar en cambio, pasaron más tiempo actuando en FC altas y FC bajas, debido a las diferentes opciones de atacar la canasta para anotar de los jugadores.
En otro estudio acerca de la introducción de elementos técnicos a ejercicios de baloncesto, Grimal y Lorenzo, (2018), vieron como introducir 2 cambios de dirección en un protocolo de entrenamiento HIIT producía unos valores más altos de FC media y por tanto las demandas fisiológicas eran superiores en comparación con tener 1 solo cambio de dirección o ninguno.
Por lo tanto, reducir el número de jugadores puede ser vital para aumentar el número de elementos técnicos, pero los entrenadores deben ser conscientes de que esto provocara un aumento de la intensidad de los ejercicios y los jugadores experimentaran frecuencias cardiacas más altas, siendo suficientes para mejorar la capacidad aeróbica y las acciones de alta intensidad de los jugadores de baloncesto
– AMBIENTALES
En este apartado, vamos a evaluar cómo afectan las diferentes variables ambientales (presión competitiva, presencia del entrenador) a las diferentes variables fisiológicas y si estas se ven alterados o inmutables.
o ENTRENAMIENTO/COMPETICIÓN
Existen autores que han estudiado las diferencias en los componentes físicos y fisiológicos entre partidos y situaciones reales de entrenamiento. Schelling y Torres, (2016) estudiaron las respuestas cardiovasculares y las demandas de movimiento
en las situaciones de partidos amistosos y juegos reducidos. Descubrieron que las mayores demandas cardiovasculares se producían en los partidos amistosos en comparación con los ejercicios de entrenamiento. Esto es debido a su alta FC media (158), FC máxima y % FC max (195 / 97%), y a las demandas de movimientos necesarias para cubrir las demandas de la competición.
Sin embargo, al igual que los estudios anteriormente mencionados, ellos afirman que las demandas de movimiento relativas, así como el mayor tiempo dedicado a actividades de alta intensidad y menos a las de baja intensidad se muestran en ejercicios con el menor número de jugadores involucrados.
Por otro lado, en su revisión Halouani et al., 2014, compararon juegos reducidos de 4´ con 11 partidos y su relación en cuanto a concentración de lactato y FC. Los resultados mostraron que los juegos reducidos dieron valores más altos en concentraciones de lactato y frecuencia cardiaca (4,8mmol vs 3 mmol y 87,6% vs 83,2%). Una muestra más de la importancia de los juegos reducidos en la preparación del deportista para la competición.
Existen otros autores, Ben Abdelkrim et al., 2010, que nos mostraron los porcentajes de tiempo que los jugadores suelen estar en las diferentes zonas cardíacas en un partido real de competición. Estos jugadores estaban un 19,3% en zonas de frecuencia cardiaca máxima (>95%), 56% en frecuencia cardiaca alta (85-95%), 17% frecuencia cardiaca moderada y el 7,4% en frecuencia cardiaca baja. Estos datos son muy importantes porque los entrenadores debemos diseñar estímulos y ejercicios para que nuestros jugadores se aproximen a esos valores en los entrenamientos. Además, muchos de los estudios que hemos mencionado anteriormente muestran ejercicios con juegos reducidos donde los jugadores se encuentran en estos valores. Como hemos podido comprobar por ejemplo con el 2×2 a pista completa.
o PRESENCIA DEL ENTRENADOR
Se ha observado que la presencia del entrenador, especialmente del primer entrenador, puede ser un factor que aumente la intensidad / carga del ejercicio.
Autores demuestran que las respuestas fisiológicas fueron significativamente más altas con estímulo del entrenador que sin la presencia de él. Esto se reflejó en términos de FC max (88,7% vs 86,5%), concentración de lactato (5,5mmol vs 4,2mmol) y RPE (7,7 vs 6,3) (Halouani et al., 2014).
Como vemos el entrenador juega un papel muy importante en las intensidades de los entrenamientos y ejercicios. Por ello, hay un aspecto muy importante a tener en cuenta y es el número de intervenciones realizadas por el entrenador durante el ejercicio. Los entrenadores deben ser conscientes del objetivo fisiológico del ejercicio y limitar sus intervenciones dependiendo del objetivo porque así evitaremos pausas intra-sesión que nos alteren los parámetros fisiológicos que queremos trabajar.
Es por ello, el entrenador tiene que tener presentes todas estas variables a la hora de diseñar las sesiones y ejercicios para el entrenamiento.
Desde otro punto de vista, Vaquera et al., (2017), nos hablan de la importancia de que el RPE que los jugadores nos proporcionan al finalizar del ejercicio sea similar al que el entrenador estima cuando diseña el ejercicio. Esto no es así, y por ejemplo en su estudio muestra como en el ejercicio 2×2 los valores de RPE de los jugadores no estaba relacionado de forma precisa con lo que había estimado el entrenador. Y es que, existen muchas discrepancias en todos los deportes al respecto, y es muy importante que estos valores se parezcan porque si el entrenador los conoce podrá ajustar de manera exhaustiva las cargas de entrenamiento.
Por tanto, podemos afirmar que la supervisión directa del entrenador en el entrenamiento de juegos reducidos mejora el cumplimiento del programa de ejercicio, aumenta la intensidad y aumentan las medidas de rendimiento en el ejercicio.
– DIFERENCIACIÓN ATENDIENDO A:
En este último punto vamos a evaluar como otros factores como la posición del jugador en la pista, el grado madurativo y el grado de experiencia y/o pericia del jugador pueden afectar o verse afectados por las variables fisiológicas.
o DIFERENCIA POR POSICIÓN.
Otro aspecto estudiado en la literatura ha sido las respuestas fisiológicas en función de la posición que los jugadores ocupan dentro del esquema táctico del entrenador. Este es un tema muy estudiado en la literatura y por ello, exponemos varios estudios a continuación.
Delextrat y Kraiem, (2013), analizaron las diferencias en la frecuencia cardíaca en función de las posiciones en los ejercicios 2×2 y 3×3. Observaron que los pívots tenían valores más bajos de frecuencia cardíaca en los ejercicios 3×3 en comparación con el 2×2 y las otras posiciones de juego. Además, llegan a la conclusión de que quizás el 3×3 nos servirá más para aproximarnos a la realidad competitiva y el 2×2 nos creará un mayor estímulo de entrenamiento. Esta diferencia podía ser posible a la diferencia entre la velocidad a la que recorren distancias en el 3×3 vs 2×2 o por el tipo de esfuerzo ya que quizás en el 2×2 se
hagan esfuerzos más de carrera y en 3×3 al contar con una posición interior sean esfuerzos más de contacto físico y fuerzas isométricas.
Por otro lado, Dehesa et al., (2015), observaron que los pívots son aquellos que mayor intensidad muestran en ejercicios de 1×1, 2×2, superioridad, inferioridad, media pista y defensa en zona (excepto en %FC max, donde los bases/escoltas presenta valores más elevados). También los pívots tienen los mayores valores de FCmed y %FCmed en todos los juegos reducidos excepto en el 4×4. Mientras que los bases/escoltas presentan mayores valores de intensidad en 3×3, 4×4 y 5×5 (FCmax y %FCmax).
Haciendo referencia al tipo de defensa, Dehesa et al.,(2015) observaron que los bases/escoltas tienen valores más elevados de FCmax y %Ccmax que las demás posiciones del campo si realizaban defensa individual. Sin embargo, como hemos comentado antes los pívots son los que tienen valores de intensidad más altos en defensa en zona.
Y por último en cuanto a las dimensiones del campo, excepto los escoltas que muestran mayores valores de intensidad a toda pista, los pívots son los que muestran mayor intensidad tanto en pista completa como media pista con respecto a las demás posiciones (FCmax y %Fcmax) (Dehesa et al.,2015).
Schelling y Torres, (2016), también estudiaron los diferentes esfuerzos que realizan los jugadores en función de su posición. Observaron que las mayores diferencias entre esfuerzos existían entre los bases y los pívots. Sobre todo, en cuanto al tiempo que pasaban los bases en posiciones estáticas era mucho más bajos que los pívots, los cuales pasaban la mayor parte del tiempo bloqueando, ganando la posición, luchando por el rebote, etc. También los pívots realizaban
acciones más cortas (sprint) que los bases y los aleros. Los resultados entre bases y aleros eran muy similares.
Esto evidencia la importancia de la individualización en el trabajo de fuerza, centrándose en los bases y aleros en la capacidad de realizar una gran variación de movimientos (aceleración, desaceleración, saltos, cambios de dirección, etc) y en los pívots haciendo incidencia en su capacidad para resistir contactos físicos sin descuidad la mejora de las acciones de alta intensidad, pero de corta duración (sprint).
También Schelling y Torres, (2016), evaluaron con la acelerometría las diferentes cargas en función de la posición y comprobaron cómo los bases/escoltas (jugadores con menor masa) tenían mayores valores de carga externa independientemente del ejercicio realizado. Esto es debido a dos factores:
– Cuanto más pequeño es el jugador, más baja es la masa corporal y más fácil de acelerar es con menos fuerza aplicada.
– Los jugadores pequeños suelen cubrir mayor distancia por juego o posesión por razones meramente tácticas.
Es muy importante para los entrenadores reconocer los perfiles de aceleración específicos por jugador y por ejercicios para planificar y periodizar las cargas de trabajo tanto individualmente como colectivamente.
o GRADO DE MADURACIÓN DEL JUGADOR.
El grado de maduración del jugador siempre ha sido un factor muy importante en la mayoría de los estudios sobre ejercicio físico y respuestas fisiológicas.
Sin embargo, tal como expone en su revisión Halouani et al., (2014), los autores han demostrado que el nivel de maduración no estaba asociado con la intensidad del ejercicio ni con la participación en las distintas acciones técnico – tácticas. Estos mismos autores sugieren que los juegos reducidos pueden proporcionar un estímulo de entrenamiento adecuado para jugadores jóvenes y son factible para grupos de jugadores con niveles de maduración heterogéneos. Por lo tanto, los entrenadores podrían usar los juegos reducidos de manera efectiva con diferentes grupos de edad y categorías.
En otro estudio de esta misma revisión Halouani et al., (2014), se evaluó la influencia del grado de maduración en la intensidad del ejercicio y las implicaciones técnico-tácticas en diferentes juegos reducidos desde 3×3, 4×4, y 5×5. Se mostro mayor FC max en los juegos de 3×3 vs 5×5 (89,2% vs 86,9%) y se afirmó que no hubo diferencias significativas en cuanto al grado de maduración del atleta.
o GRADO DE EXPERIENCIA /PERICIA DEL JUGADOR.
Al igual que el grado de maduración del jugador, el grado de experiencia o profesionalidad del deportista ha sido estudiado para conocer su relación con las respuestas fisiológicas y ejercicio físico.
En su revisión Halouani et al., (2014) encontraron que jugadores amateurs tenían valores más altos de RPE y concentración de lactato (8,5 vs 7,9 / 4,6 vs 3,6 mmol) en ejercicios 2×2 que jugadores profesionales. Las respuestas en frecuencia cardíaca fueron similares (91,8% vs 90,2%) en jugadores amateurs vs profesionales.
Además, estos mismos autores no encontraron diferencias en las respuestas fisiológicas del 3×3 y 4×4 en jugadores amateurs. Ni tampoco hubo diferencias significativas en cuanto a frecuencia cardiaca en el 4×4 (86,4% vs 86,0%) entre jugadores amateurs y profesionales.
Las principales diferencias entre amateurs y profesionales se refieren a la capacidad de jugadores de realizar acciones de alta intensidad (sprint, carreras de alta intensidad etc), donde los jugadores profesionales por sus características y experiencia tiene mayor capacidad para realizar este tipo de acciones.
CONCLUSIONES Y FUTURAS INTERVENCIONES:
En esta revisión bibliográfica hemos querido comprobar cómo afectan los diferentes juegos reducidos a las variables de la carga interna y externa de nuestros jugadores.
Hemos podido comprobar como hay cierto consenso en la literatura acerca de que el menor número de jugadores con la mayor área de pista disponible provoca valores más elevados en las diferentes variables de carga interna y externa de los jugadores. Aunque también es muy importante conocer los diferentes esfuerzos que realizan los jugadores en función de su posición en el campo para poder individualizar lo máximo posible en el trabajo físico.
Es por ello, que es muy importante que el entrenador conozca cómo afectan las diferentes tareas diseñadas a las variables de la carga interna y externa. Dado que, un conocimiento exhaustivo de la mismas nos permitirá diseñar tareas ajustando al máximo posible las cargas de entrenamiento y consiguiendo un rendimiento a largo plazo mucho mayor.
FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN:
Después de haber realizado una revisión bibliográfica nos planteamos futuras intervenciones que podrían ser interesantes para los entrenadores y preparados físicos en la actualidad. Estas son las siguientes:
– Estudiar cómo afectarían los juegos reducidos a la incidencia lesional en el baloncesto, es decir, conocer si aumenta o disminuye el número de lesiones cuando se trabaja en situaciones reducidas.
– Con la tecnología y recursos que tenemos en la actualidad sería interesante estudiar la relación entre los juegos reducidos y la carga externa desde otros parámetros como, por ejemplo, player load, esfuerzos explosivos, distancia recorrida a más de 18km/h, nº de saltos, asimetrías, entre otras.
EJEMPLOS PRÁCTICOS:
A continuación, bajo nuestra interpretación, vamos a exponer una serie de ejemplos prácticos en los que al introducir o modificar diferentes variables podemos controlar la intensidad o carga de los ejercicios.
En la primera tabla podemos observar ejercicios desde el 1×1 al 5×5 y ver como modificando variables podemos afectar a la FC, lactato, RPE, SJ/CMJ, oxigenación muscular y a la carga mecánica de los ejercicios. Con ello, buscamos controlar aún más la carga de cada uno de los ejercicios de nuestro entrenamiento y en definitiva de la sesión en global.
En cambio, en la segunda tabla, mostramos ejemplos de ejercicios en diferentes intensidades baja, media y alta. Partimos desde el 1×1 hasta llegar al 5×5. Volviendo a comentar que estos ejemplos es una interpretación de la revisión bibliográfica que hemos realizado.
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