La preparación física de un equipo de baloncesto es muy importante. Es por esto que la comunicación entre el preparador físico y el entrenador debe ser efectiva debido a que, sobre la planificación de una temporada se sientan las bases para el año.
En este artículo hablaremos acerca de distintos aspectos que un coach de baloncesto puede requerir de un preparador físico para el acondicionamiento de los jugadores.
La relación de trabajo entre el entrenador y el preparador físico debe cimentarse en la confianza mutua y la confianza de que cada uno está trabajando para un objetivo común: un jugador exitoso. El entrenador y el preparador físico deben esforzarse por comprender las perspectivas de los demás mientras trabajan en colaboración para garantizar la participación segura del jugador.
En entrevistas con entrenadores, se pueden identificar varios atributos centrales para una relación exitosa. Estos incluyen comunicación efectiva, inversión o compromiso con el programa, conocimiento profesional e integridad. Claramente, estos rasgos pueden ayudar a cualquier relación y son especialmente útiles cuando se considera la salud y la seguridad del estudiante atleta.
Aunque aparentemente se explica por sí mismo, la importancia de una comunicación efectiva no puede ser subestimada. Con demasiada frecuencia, la raíz de la mayoría de los malentendidos se remonta a la falta de comunicación. Tanto para el preparador físico como para el entrenador, una comunicación excepcional es imprescindible. Esto puede ser particularmente difícil en el entorno de la escuela secundaria, donde la proporción de jugador a preparador físico suele ser bastante alta. Para agravar este problema, el preparador físico puede no ver a un entrenador en particular todos los días. Ciertamente, la tecnología ha ayudado a aliviar algunas de estas preocupaciones y, por lo general, cualquiera de las partes puede comunicarse con la otra por teléfono celular, mensaje de texto o correo electrónico.
Tanto el entrenador como el PF pueden y deben hacer todo lo posible para comunicarse de manera efectiva. Los entrenadores deben tener altas expectativas del PF con respecto a la comunicación. Es importante que el PF actualice regularmente el estado de la lesión del jugador.
Las conversaciones de entrenador / PF no deben limitarse a hablar de jugadores lesionados, sino que también deben incluir discusiones sobre la participación segura, las expectativas de práctica y juego, la ubicación / disponibilidad del preparador físico, métodos de entrenamiento para esquematizar un sistema (ya sea defensivo o de ataque) y cualquier otra inquietud.
Los PF’s deben trabajar duro para demostrar a los entrenadores, padres y jugadores que estas decisiones no se toman a la ligera y que el interés superior del jugador es primordial. El preparador físico debe sopesar el riesgo frente a la recompensa, pero él o ella siempre se dedica a la participación segura, NO a la retirada del juego en aras de la exclusión.
La confianza, nuevamente, se basa en una excelente comunicación. Cuando todas las partes tengan expectativas claras sobre el cuidado y el regreso al juego de un jugador lesionado o la seguridad de todos los jugadores, se generará confianza. Los entrenadores también pueden ayudar a este respecto. Normalmente, un jugador hablará con el entrenador antes de informar al PF, informándole de la lesión y su deseo de buscar tratamiento.
Los entrenadores pueden y deben permitir que el PF evalúe completamente a ese sujeto y desarrolle un plan de tratamiento. Enviar al jugador al preparador físico con instrucciones de «simplemente grabarlo», enviar al jugador directamente a su médico o tratar de controlar la lesión por sí mismo envía el mensaje de que no se confía en el PF. A su vez, el preparador físico se vuelve resentido con el entrenador y dice algo al respecto: «No le digo a su entrenador lo que juega y él / ella no debería decirme cómo manejar al jugador lesionado». Y así comienza la espiral descendente …
El PF es un proveedor de atención médica altamente educado que tiene la responsabilidad abrumadora de brindar atención de calidad a los jugadores. A menudo, el PF trabaja solo o con pequeños equipos que son responsables del bienestar de los jugadores. Además, el PF debe proporcionar esa atención durante todo el programa. Un principio del PF es la educación continua en relación con la profesión. El PF debe trabajar para transmitir continuamente esa educación al personal, entrenadores, jugadores y padres sobre todos los temas relacionados con la salud y la seguridad. Los entrenadores deben reconocer que los PF’s están trabajando tan duro como sus jugadores y el personal de entrenadores para devolver a ese jugador a una participación segura.
La integridad debe ser un principio clave tanto para el entrenador como para el preparador físico. Ambas partes muestran su integridad a través de la adhesión a la ética escolar, deportiva, personal y profesional. Cada uno debe mantener estos estándares y tener la confianza de que el otro está actuando de manera similar. Aunque un entrenador puede necesitar un jugador para ganar un juego, la seguridad del jugador nunca debe verse comprometida por una necesidad del equipo.
Curiosamente, tanto entrenadores como preparadores físicos pasan por el proceso de entrevista para sus respectivos puestos y rara vez se les pregunta cómo van a forjar los tipos de puentes discutidos en este artículo. Específicamente, las buenas habilidades de comunicación, cómo generar confianza o mostrar compromiso con la institución rara vez se enfatizan en programas académicos de entrenamiento atlético rigurosos. Los entrenadores también pueden ser grandes motivadores y estrategas, pero también carecen de estas habilidades básicas. Como todo, estas habilidades requieren práctica. Con la práctica viene el dominio para el cual no solo se benefician los entrenadores y PF’s, sino que el programa, y en última instancia los jugadores, tendrán éxito. Inversamente, sin estas habilidades, un programa y sus partes interesadas tendrán el desafío de alcanzar su máximo potencial.
Otro de los requerimientos de un entrenador hacia el preparador físico es la planificación, en la cual incide también la comunicación. Dado que, deben ponerse de acuerdo con las cargas y tiempos de trabajo para la realización exitosa del programa deportivo.
Un entrenador espera de un PF compromiso, puntualidad, trabajo duro y mucha honestidad con respecto a la situación de los jugadores para determinadas situaciones; también el PF debe tomar presentar propuestas al entrenador de las mejores opciones que se tienen para cualquier tipo de situación que se esté presentando. Así como también un plan de trabajo específico para cada una de las posiciones en el equipo, ya que no todos trabajan igual o tienen las mismas falencias y/o fortalezas.
En conclusión, lo más importante entre el entrenador y el preparador físico es la comunicación, ya que es lo que fundamenta la relación y la encamina hacia el éxito.
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